Hace unos días murió D. Javier Azagra, obispo de
Cartagena, me acuerdo de él como si
fuera ayer. No solo por las veces que salia por la tele sino de una anecdota de cuando yo era un crio.
Yo tenia 10 años y estaba “ayudando” a mi padre en el taller
de radiadores que regentaba en la plaza de los Carros y fui a almorzar a la
Bodega Nicolás cuando todavía la llevaba Juan y era un bar de toda la vida y no
un local de tapas pro como es ahora.
Bueno, mejor no me ando por las ramas, estaba comiendo un bocadillo de tortilla de
patatas con Paco, el del taller de bicicletas de El Nene cuando entraba D. Antonio, el cura
que trabajaba en la ferretería Ayala y a su par entraba un señor vestido de
cura, cura .
Yo salude a Antonio, el fue el que me regalo mi primer
comic, el Evangelio en comic para niños y me presento a D. Javier.
Estuvieron hablando de cosas de mayores, política y fútbol,
nada de lo que interesara a mi porque a mi me gustaba mas jugar y darle de comer a Dinki, el perro de Paco.
Cuando me quede sin bocadillo, aquel
hombre me dio un trozo de pan para que se lo diera al Dinki pese a que
Paco le llamo la atención a su perro. Le di las gracias y sin querer queriendo
le dije
-
Que Dios te lo pague.
Y los que estaban en aquel corrillo y algunos más que
estaban cerca se partieron el culo de risa, yo me acuerdo de que me reía porque
veía a D. Antonio y a mi padre riéndose como cuando te ríes porque ves a otro riéndote
y sin saber por que.
Después Paco, me dijo que le había dado la mano al obispo de
Cartagena y que ya no hacia falta que hiciera la confirmación mientras mi padre que estaba al lado se reía.
Mi padre decía de el, que era el único hombre en toda la
Región al que querían por igual los múrcianos
y los cartageneros y que hasta los comunistas iban a misa cuando la daba el.
Hoy después de ver a un amigo, y ponerme a ver las
notificaciones RSS he visto que murió hace poco. Despues de googlear un poco para hacer una memoria acerca de el, he visto que había gente que lo
criticaba por ser un cura obrero, de los que critican espero vayan al cielo
para ver como D. Javier sigue repartiendo su bondad tanto a hombres como a perros. Por eso he decidido en vez de escribir algo serio, escribir algo alegre, el buen recuerdo que dejo en mi.